Lee cómo la dieta puede ayudar a un bebé a fortalecer su sistema inmunológico, para que ninguna enfermedad frustre tus planes de tiempo activo al aire libre.
Muchos factores influyen en el fortalecimiento de la inmunidad del bebé. En primer lugar, las caminatas al aire libre son muy importantes para la buena ventilación del cuerpo, así como para su contacto con los gérmenes para aprender a combatirlos. La elección correcta de la ropa es importante, por lo que el bebé no se sobrecalienta y su cuerpo aprende a manejar correctamente la temperatura, junto con el ejercicio físico y el buen ambiente en el hogar.
La inmunidad también se fortalece con una dieta adecuada. El tracto alimentario y el sistema digestivo forman una de las unidades más grandes en el sistema inmunológico, principalmente porque la sangre que fluye a través de él es rica en linfocitos, es decir, los glóbulos blancos responsables del control de los gérmenes, así como debido a los probióticos producidos por los intestinos. Flora y prevención de infecciones intestinales. Los probióticos apoyan el sistema inmunológico al estimular la producción de anticuerpos y aumentar la actividad de los linfocitos.
Sin la cantidad adecuada de líquidos, no es posible que el cuerpo mantenga el equilibrio. La mejor opción es enseñarle a tu bebé a beber agua. Beber agua mineral es mucho mejor que beber zumos de bote o bebidas azucaradas con conservantes, ya que elimina toxinas y contaminantes del cuerpo.
Con la primavera alrededor, seguida más tarde por el verano, asegúrate de que la dieta de tu bebé contenga frutas y verduras frescas. Las frutas y verduras no solo son una fuente muy bien absorbida de vitaminas y sales minerales, sino que también contienen fitonutrientes, que no se encuentran en otros productos. Estas sustancias protegen a las plantas contra las bacterias, virus y hongos, y en los humanos mejoran la inmunidad, ayudan a controlar las infecciones y eliminan las toxinas del cuerpo.
Los ácidos grasos insaturados necesarios (omega-3 y omega-6) se reciben solo con alimentos, y el cuerpo no puede producirlos. La proporción a la que se suministran estos ácidos también es importante y debe ser 1: 5, a favor de omega-3. Los ácidos omega-6 se encuentran en el aceite vegetal y en particular en los aceites de soja y girasol. Los ácidos omega-3, incluido el ácido docosahexaenoico (DHA), tan importante para el desarrollo cerebral y los procesos cognitivos correctos, se encuentran en peces de agua salada aceitosos. Los UFA contribuyen a la protección del cuerpo joven contra las alergias, tienen un efecto antiinflamatorio y son necesarios para el correcto desarrollo del sistema nervioso.
Vale la pena agregar probióticos a la dieta de un bebé. Estos son cultivos vivos de bacterias beneficiosas, que producen ácido láctico y están presentes en la microflora del sistema digestivo. Aportan muchos beneficios al cuerpo: controlan la función del sistema digestivo, contribuyen a una mayor absorción de vitaminas y minerales, tienen un efecto beneficioso sobre el sistema inmunológico al mejorar la resistencia a las infecciones. Los suplementos dietéticos probióticos disponibles en una farmacia se recomiendan durante la terapia con antibióticos, mientras que normalmente recomendamos alimentar a los niños con productos alimenticios ricos en probióticos, como el yogur natural, el kéfir, el sauerkraut o los pepinos en vinagre.
Para que el sistema inmunológico funcione correctamente, necesita apoyo en forma de todos los componentes necesarios para su buen funcionamiento. Por lo tanto, debes incluir en la dieta de tu bebé productos ricos en:
Los dulces, las comidas rápidas y los productos altamente procesados no deben aparecer en la dieta del bebé, pero cuando se incluyen, deben ser esporádicamente. El azúcar tiene un mal efecto en la condición de la mucosa del cuerpo, que se vuelve más permeable a los gérmenes. Los alimentos de preparación rápida y altamente procesados contienen cantidades relativamente pequeñas de nutrientes naturales y de fácil absorción, mientras que contienen muchas grasas, estabilizadores y potenciadores del sabor poco saludables.
La dieta entendida correctamente no se limita a los alimentos que se le dan al bebé, sino que también se enfoca en la forma en que se administra. La forma de comer es de gran importancia para mejorar la inmunidad. Por supuesto, los productos deben ser frescos, de una fuente verificada, lavados, sometidos a un proceso térmico adecuado, y las manos del bebé y deben estar limpias. La frecuencia de las comidas también es importante. Lo mejor es servir 5 comidas saludables para el bebé cada 3–4 horas. Un cuerpo hambriento tiene recursos limitados disponibles para combatir gérmenes y virus, por lo que es más susceptible a las infecciones.
Llega un momento en que el pecho de mamá solo no es suficiente. Aquí puedes encontrar consejos sobre cuándo y cómo debes introducir nuevos componentes en la dieta de su bebé.
Mamá, ¡tengo sed! ¿Qué hará que la sed de los bebés desaparezca?
Las papillas para bebés son una parte muy importante de su dieta. Proporcionan al cuerpo exigente de tu bebé los componentes necesarios para su correcto desarrollo, incluidos el calcio, el hierro y el magnesio, y se complementan ...
Se dice que ningún niño nace mal comiendo. Cada uno de nosotros llega al mundo con un instinto natural de supervivencia, y esto requiere comer. Sin embargo, si tu bebé se ha convertido en un niño con poco apetito, aquí ...