Cada cambio es un desafío, y la llegada de un miembro nuevo y exigente a la familia es un cambio de 180 grados. Sí, es más difícil de lo que esperabas. Sí, no es como lo viste en tus sueños. Sí, es fácil perder la alegría que da la maternidad con el torbellino de actividades diarias que implica. Pero ¡PARA!, ¡no permitas que esto te vuelva loca! ¡Una buena mamá es una mamá feliz, no necesariamente una mamá perfecta!
El bebé bien cuidado y feliz, tú, delgada después del parto, maquillada y con un pelo perfecto esperas a que a que tu marido llegue del trabajo con una sonrisa y la mesa preparada con dos deliciosos platos para cenar. ¿De dónde viene esto? ¿Son los medios, la información de nuestras madres y abuelas, o nuestras propias convicciones que nosotras mismas nos impusimos?
La realidad a menudo es completamente diferente. El bebé sigue llorando y tú no sabes lo que quiere (y el hecho de que leas en todas partes que sabrás que no es útil), cambiarlo, acurrucarlo, echar la siesta, pasan algunas horas (no sabes cuántas), llega tu marido del trabajo y le das la bienvenida con el pelo hecho un lío, corres rápidamente , es el momento de los cólicos, tienes tu cena preparada (al mismo tiempo que el desayuno) hecha por tu marido, baño, adormecimiento y llanto. Y, al día siguiente, todo es muy parecido. Estás agotada y quieres llorar… ¡Pero no! Las mamás perfectas no hacen eso.
A veces, este estereotipo de mujer `yo me encargaré de todo´ se convierte en un modelo a seguir de las madres jóvenes. No, no significa que no lo lograrás, pero debes hacerlo mientras experimentas toda la gama de sentimientos, llanto, risa, triunfo o enfado, y no con los dientes apretados y en completa soledad.
La maternidad genera diversas emociones, además de la felicidad, la emoción o la esperanza, también se mencionan con menos frecuencia otros como la ira, la desesperanza, la tristeza, la soledad o el arrepentimiento. Es importante que aceptes todos estos sentimientos y te permitas experimentarlos.
Esta es una palabra clave, una contraseña para una maternidad feliz. Lo suficientemente buena, no ideal o perfecta. Suficientemente buena porque amas, muestras tu amor, le das a tu bebé todo lo mejor, incluyéndote a ti, estando en paz contigo misma, es decir, con tus necesidades, roles (mamá, esposa, amante, trabajadora, amiga, etc.) y sentimientos..
No es fácil, a menudo necesitas aprender cómo ser asertiva, mostrar tu egoísmo, pero este momento es perfecto para controlar ese tipo de situaciones. Y al hacerlo no sólo por ti, sino también por tu bebé, con esta motivación extra, ¡seguro que lo consigues!
Al ser una madre joven, eres bombardeada desde todas direcciones con buenos consejos, perlas de sabiduría, como si fuesen las únicas soluciones correctas. Todo esto puede ser útil, pero también engorroso, especialmente cuando las personas que te lo dicen esperan que lo hagas. Haz caso a tu juicio e intuición, tus aliados son las investigaciones y expertos actuales. No dudes en preguntar a los médicos, es bueno que busques asesoramiento de expertos. Y no tengas miedo de decirle a las personas que te dan esos consejos `gracias, pero no pienso igual, yo soy la madre y este es mi hijo´.
Las decisiones y elecciones diarias son una gran responsabilidad que puede resultar difícil de asumir dentro del territorio aún desconocido de la maternidad. Bien, confía en tu madre, suegra, amiga, pero siendo una elección consciente, y cuando recuperes la fuerza y creencia en ti misma, toma la iniciativa de nuevo sin reparos. Da las gracias a tu madre, suegra o amiga, con delicadeza, yet surely set up new rules.
Aprende a aceptar la ayuda de los demás y, cuando sea necesario, pedirla. A menudo, durante las primeras semanas de vida del bebé, hay muchos ayudantes a tu alrededor, pero a las pocas semanas, cuando todo vuelve a una normalidad aparente, te quedas sola. No esperes que nadie se de cuenta de lo difícil que resulta para ti, sino que, por el contrario, es mejor que establezcas tú misma las reglas. Haz que tu pareja se involucre, deja que cuide al bebé el mayor tiempo posible; después de todo, los papás son tan buenos como las mamás a la hora de dar baños, jugar con el bebé o cambiarlo. Piensa qué tipo de ayuda será la mejor para ti y coméntaselo a tu familia. Por ejemplo, tal vez sea posible organiza un día en el que los abuelos se puedan quedar con el bebé, o prefieras que tu suegra haga una cena en vez de otra de sus tartas.
Y una cosa más: deja que los demás te ayuden, y cuando sea necesario, no interfieras. El padre, las abuelas o los abuelos probablemente harán algunas cosas de manera diferente, y no pasa nada, aunque sea posible que tú lo hagas mejor. Recuerda siempre que tu bebé está a salvo, está en manos de personas que lo quieren y no pasa nada si cena sin su babero, come porciones más pequeñas o pasa algunas horas con un pañal con las cintas mal puestas. Además, esta variedad de olores, tactos y experiencias será enriquecedora para tu bebé.
Las comparaciones son otra de las cosas que pueden volver loca a una madre joven, o al menos causarle dolores de cabeza. Esto es completamente innecesario. Cada bebé se desarrolla de acuerdo con propio su plan genético, por lo que no es importante que el pequeño Juan, teniendo la misma edad que tu hijo, ya pueda caminar. Cuando algo te preocupe, háblalo con tu médico.
Esto es aplicable del mismo modo cuando las comparaciones aparecen con nuevas relaciones y sus familias. El hecho de que otros hagan las cosas de una manera diferente, otros papás, otras abuelas o abuelos, no importa. Tu relación es tuya y eres tú la que establece las reglas, similarly as in further family; de todas maneras, puedes organizarlo todo y, si algo termina estando mal, cambiarlo.
Hoy en día, casi ninguna madre tiene tiempo de organizar su vida entorno al evento que, a menudo, será el más importante de esta: el nacimiento de su bebé. Prácticamente, cada uno de nosotros, debe enfrentarse a desafíos diarios, cuidar la casa, hacer la compra, papeleos, cuidar del hermano mayor, etc. El bebé forma parte de todo esto y no pasa nada si un día cambias tu rutina y lo llevas de compras, a la oficina o cuando vayas a tomar un café con tu amiga.
A menudo las madres tienen que volver al trabajo, por ejemplo, por razones financieras. Bueno, la vida es así. Encuentra la mejor solución posible: ¿guardería, abuela o una niñera? Asegúrate de que tu bebé está bien cuidado y cuando vuelvas del trabajo será una doble alegría: la tuya y la de tu bebé, con el que jugarás, abrazarás y te divertirás. No te reproches.
Tampoco te preocupes cuando cambies la rutina y tu bebé, a pesar del buen tiempo, no salga a dar un paseo porque te encuentres mal o hagáis menos actividades y juegos porque tengas un dolor de cabeza terrible. Estas cosas pasan, mamá también es un ser humano.
Haz este pequeño experimento: Si tú fueras tu propio hijo, ¿preferirías tener una casa completamente limpia y sin montones de ropa que planchar, o una madre feliz, satisfecha y que juega contigo?
¡La respuesta está clara! Pero para poder estar feliz y satisfecha, debes cuidarte, al menos un poco.
No esperes a que otros `noten´ o `entiendan´ si quieres o necesitas algo, simplemente díselo;
No te obligues a cumplir todas las expectativas de los demás, no puedes satisfacer a todo el mundo y, lo que es más, tienes el derecho de no intentarlo;
Aprovecha el tiempo durante el que tu bebé está durmiendo para echarte también una siesta si es durante el día, o para hacer algo que quieras, sin que tenga que ser lavar o planchar;
Asigna tareas diarias. El padre también tiene dos manos, y tú no estás sólo `sentada´ en casa, sino que mientras estás en ella estás haciendo una gran cantidad de tareas;
Cuando papá, las abuelas o los abuelos estén cuidando de tu bebé, aprovecha ese tiempo sólo para ti, ya que recargar las pilas no es una pérdida de tiempo, sino una necesidad.
No olvides que también eres una esposa, una amante y una amiga; hacer malabarismos con todos estos roles no es fácil, pero aporta felicidad, satisfacción con la vida y energía, lo cual influye positivamente en otros roles y tareas;
Aunque tu bebé es lo más importante, debes recordar que en planeta `Familia´ también vive su padre, no lo descuides; una familia feliz es aquella en la que todos los miembros se sienten bien, y tu bebé será el más feliz del mundo cuando esté en una familia feliz;
Cuando trabajes en casa organízalo todo para que alguien cuide del bebé durante al menos un par de horas a la semana, trabaja cuando el bebé duerma y por las noches vencerás incluso al más fuerte;
Solías leer mucho, y ahora lo echas de menos: empieza a escuchar audiolibros, puedes hacerlo dando paseos o durante las tareas domésticas, como cocinar o planchar;
Echas de menos la televisión, las películas, las series: organiza una noche a la semana para relajarte con este tipo de planes, otras cosas `extremadamente importantes´ pueden esperar. Prueba y verás :)
Postnatal blues afecta al 50 – 70% de las mujeres. Se trata de una condición fisiológica. El cuerpo, aún cansado por el embarazo y el parto, inmediatamente después de la llegada del bebé produce una gran cantidad de adrenalina para que la madre pueda hacer frente al desafío que se le presenta. Sin embargo, al cabo de unos días, el nivel de adrenalina desciende. De manera similar, la corticotropina (hormona producida en cantidades aumentadas en las últimas semanas del embarazo y durante el parto, preparando el cuerpo para el estrés y como reacción a él) disminuye drásticamente. El equilibrio hormonal se altera completamente durante el embarazo y el parto. A todo esto, además, suele ir unido el hecho de tener el pecho lleno.
Baby blues - es una crisis emocional que se produce unos días después del parto y puede ser muy complicada. Además de sentirte cansada y molesta, esto se combina con sentimientos infelices y, a menudo, atemorizantes para una madre joven, como impotencia, inseguridad, soledad, falta de competencia y sentimiento de culpa. Se producen cambios de humor acompañados de llanto, tristeza, irritabilidad, nerviosismo y arrepentimiento.
¿Qué puedes hacer al respecto? Necesitas el apoyo de alguien cercano a ti, con quien puedas compartir tus emociones y sentimientos, que te ayude con tus tareas diarias; Permitiéndote también llorar, y el tiempo te ayudará. La revolució hormonal en tu cuerpo pasará y será más fácil mirar con optimismo esta nueva situación.
Sin embargo, cuando la sensación de depresión persista, se haga más fuerte o te preocupe mucho, no esperes a hablarlo con un psicólogo. Las primeras semanas de vida de tu bebé nunca volverán, por lo que es una pena perderlas por una breakdown (¿depresión?).
¿Quieres cambiar , cuidar tu cuerpo, alcanzar tu peso antes del embarazo? Le daremos algunos consejos sobre cómo perder peso después del embarazo de una manera fácil y relativamente fácil.
Dormir junto a un bebé tiene sus partidarios y oponentes. Independientemente de tu elección, ya sea que coloques al bebé en tu habitación, coloques su cuna en tu habitación o lleves al bebé a tu cama, esto tendrá consecuencias ...
El divorcio es más doloroso cuando las personas que lo hacen no solo son cónyuges, sino también padres. Es imposible llevarlo a cabo de una manera que no afecte en absoluto al niño. Sin embargo, juntos podéis hacer todo ...