Errores durante la alimentación con biberón

La alimentación con biberón no es complicada, sin embargo, se deben de tener en cuenta algunas reglas para que sea segura y efectiva. Después de hacerlo unas cuantas veces, las maneras correctas de realizarla, se convertirán en las naturales para ti. Aquí hablaremos de los errores más comunes que suelen cometerse.

Data publikacji: 09-08-2018 Data modyfikacji: 31-07-2019

¿Qué debes evitar cuando alimentes con biberón?

Accesorios para la alimentación con biberón:

  • Agrandar el orificio de una tetina. A veces las mamás piensan que la leche sale demasiado lenta del biberón y que, por ello, su bebé se cansa. Entonces deciden ayudarlo con la succión agrandando la tetina del biberón. Sin embargo, un orificio demasiado grande, puede causar asfixia al bebé además de que, al forzarlo a beber rápidamente, tragará demasiado aire, lo que puede provocar cólicos. Un agujero hecho por ti puede tener bordes con filos que resultarán peligrosos para tu bebé. En cambio, lo adecuado es prestar atención a la etiqueta cuando compres una tetina y así elegir la que sea apropiada para la edad de tu bebé.  Cuando crezca un poco, comprarás otra con un flujo más rápido, pues será entonces cuando tu bebé esté listo para eso.

  • Usar una tetina dañada

    No guardes las tetinas. Deberás cambiar la tetina cuando tu bebé supere la edad para la que esta esté recomendada, así como cuando parezca gastada, agrietada o mordida. Tu bebé podría atragantarse con un pedazo roto de la tetina. Además, la suciedad y las bacterias se acumulan en estas grietas que son invisibles a simple vista. Por razones de seguridad, debes reemplazar la tetina cada tres meses generalmente.

Leche de fórmula para la alimentación con biberón:

  • Inapropiada para la edad del bebe. La leche de fórmula infantil debe ser la adecuada para la edad del bebé. Las etiquetas de las fórmulas incluyen la información necesaria para saber la edad para la que está destinada dicha fórmula. Cada edad tiene diferentes necesidades y las fórmulas se adaptan a adecuadamente a la edad del bebé, por lo que, en este sentido, puedes confiar en el etiquetado del productor.

  • Proporciones incorrectas. Al preparar la leche de fórmula, debes de cumplir estrictamente los pasos que indica el envase. No la hagas demasiado espesa o demasiado líquida. Las dosis con demasiadas proteínas o componentes minerales pueden ser una carga para el tracto digestivo o los riñones de tu bebé. Una fórmula demasiado líquida puede provocar la deficiencia de componentes necesarios en la dieta de tu bebé.

  • Agua del grifo. No debes usar agua del grifo para preparar leche de fórmula. Debe prepararse con agua mineral embotellada de baja mineralización. Además, el agua debe estar fresca y no haber sido expuesta al sol durante un tiempo prolongado.

  • Prepararla para más tarde. La preparación de la leche de fórmula debe realizarse justo antes de la toma ya que, si se guarda para su posterior uso, pierde su valor nutricional. Cuando planees salir con tu bebé, puedes dejar preparadas las medidas de polvo y agua en un termo para mezclarlos posteriormente en el momento adecuado.

Higiene de los biberones y sus accesorios:

  • Accesorios mal lavados. Un biberón o una tetina sucias pueden causar muchas dolencias gástricas molestas, así como candidiasis bucal. La saliva seca y los restos de leche son un buen medio para el crecimiento bacteriano. Los accesorios de alimentación deberás lavarlos y después hervirlos hasta que tu bebé tenga 6 meses. Una vez cumplidos los 6 meses, no deberás hervirlos con cada uso, pero una vez cada pocos días no hará daño.

  • Meter en la boca antes de usar. A veces uno de los padres, para comprobar la temperatura de la leche de fórmula, lame la tetina. Esto no debes hacerlo, ya que en la boca de un adulto existen muchas bacterias y microorganismos que no le afectan pero pueden ser peligrosos para un bebé. Como adultos, podemos ser portadores de una enfermedad aunque no enfermemos, pero no sabemos las consecuencias que puede tener en un bebé pequeño. Para comprobar la temperatura de la leche de fórmula, es mejor que lo hagas echándote unas gotitas en el lado interior de tu muñeca o codo.

  • Dejar los que sobra en una toma `para después´. En primer lugar, como hemos mencionado antes, sólo la leche de fórmula recién preparada tiene un valor nutricional apropiado. En segundo lugar, durante la alimentación las bacterias entran en la leche de fórmula y, al quedarse solas, se multiplican. Esta fórmula puede ser peligrosa para el delicado organismo de tu bebé. La mejor solución es crear el hábito de tirar la leche que sobre inmediatamente después de la alimentación ya que los biberones y tetinas, cuando tienen restos secos de leche, son más difíciles de limpiar a fondo.

Malos hábitos durante la alimentación con biberón.

  • Quedarse dormido con el biberón. A menudo los bebés se quedan dormidos durante la toma de alimentación, especialmente durante la noche. Sin embargo, no te recomendamos el uso del biberón para calmar a tu bebé. No debe quedarse dormido con leche de fórmula en la boca, ya que esto puede ser perjudicial para sus futuros dientes. Antes de dormir, debes lavar las encías de tu bebé con un algodón humedecido y cepillarle los dientes. Además, desde un punto de vista psicológico, quedarse dormido usando un biberón no es una buena idea, ya que después será complicado acabar con ese hábito. Es mejor darle en su lugar un chupete.

  • Sobrealimentación. Al contrario de la lactancia materna, cuando se alimenta con leche de fórmula para bebés, debes dar las dosis recomendadas para cada edad determinada. El esquema sería el que te mostramos a continuación:

  • 1er mes de vida - 7 veces, 90–110 ml cada vez.

  • 2º mes de vida - 6 veces, 110–130 ml cada vez.

  • 3º mes de vida – 6 veces, 130 ml cada vez

  • 4º mes de vida - 6 veces, 150 ml cada vez.

  • 5º y 6º mes - 4 veces, 180 ml cada vez.

  • 7º al 9º mes- 4 veces, 180-200 ml cada vez.

  • 10º al. 12º mes¬¬¬ - 3 veces , 180-220 ml cada vez.

Las necesidades específicas de tu bebé pueden variar ligeramente, pero debes seguir estos estándares.

  • Calmar las emociones con el biberón. Muchas madres se apresuran hacia su bebé con un biberón cada vez que llora. En primer lugar, esto conduce a la sobrealimentación. En segundo lugar, un bebé que está llorando puede atragantarse fácilmente con la leche. Antes de darle el biberón, trata de calmarlo un poco, abrazarlo y sostenerlo en tus brazos. No trates la comida como un chupete práctico. Tu bebé puede llorar por diversas razones, no sólo por hambre. Tal vez su pañal esté mojado, se sienta incómodo o simplemente necesite a su padre.

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